jueves, 11 de septiembre de 2008

2000

El sábado me tropecé con mi día a día de hace más de ocho años y me asusté.
Paseé por las páginas de ese diario que comienza a tener olor a libro viejo
durante un par de minutos y salí despavorida porque contienen la ausencia
de él... Y le echo de menos y quiero su abrazo, su sonrisa... queremos su
presencia, no quiero olvidarle ni un sólo segundo de mi vida, no quiero que
de mi cerebro se borre el registro de su voz... NO QUIEROOOOOO, NO QUIERO
OLVIDAR AL MÁS IMPORTANTEEEE.
No hacía falta encontrarme con mi diario para recordar cómo me sentí durante
todo ese año de enfermedad y lucha... sin embargo, me encontré con mi diario
y lo duro se convirtió en una tarea casi imposible. Olvidar el dolor...