sábado, 21 de marzo de 2009

Dejar de ser faro

Dejar de ser faro es una tarea dura pero más duro es decepcionarse una y otra vez por lo mismo.
Dejar de ser faro, dejar de ser faro, que tu nombre predestine tu oficio hasta el día en que eres consciente y rompes, ser un ser maternal y dejar de ser faro... qué triste la vida del farero, incluso la del farero del Principito en su planeta sólo para él... dejar de ser faro, dejar de ser faro, dejar de ser faro, guardar el mar bajo la almohada para soñarlo una y mil veces pero nada más... dejar de ser faro. Dejar que cada uno encuentre su norte. Celebrar con aquellos que lo comparten sin invadirlo. No tengo tiempo para ser farera, ni para sentir rabia, yo quiero recorrer mundo, hoy el sol se pondrá por el Oeste y, antes de verlo, tengo que limpiarme la rabia...

viernes, 20 de marzo de 2009

La sumisión de Perséfone

No tenía otra opción.
Su trabajo siempre comenzaría alrededor
del 2o de marzo y siempre consistiría
en crear belleza
y dejarse poseer por el sol
cada una de las noches
que abrazan
tres lunas llenas.
No tenía otra opción
y la aceptó.
Un embarazo de nueve lunas
para parir las flores
que regalarán corazones enamorados
y admirarán cientos de ojos.
"Y todo lo que tocas...
se vuelve primavera".

jueves, 19 de marzo de 2009

Entre castaños centenarios te encuentras tú

Hoy me desperté en mi piel de niña pequeña.
Dejé fluir los recuerdos y la carretera nos llevó
hasta un lugar en el que tú viviste hace años.
Olía a jara,
los almendros esperaban nuestras miradas
vestidos con sus mejores galas rosas,
el castaño centenario se dejó habitar
tímidamente
y sus vastagos nos tendieron los brazos.
Después,
tendida al sol comiendo fresas,
te eché de menos.
Recogí unas castañas pensando que era aún
la que era entonces y hoy volvía a casa
con mi regalo preparado... ¡Feliz día!
Al volver, sonaba esta canción
y volví a ser mujer
y continué echando de menos...

"Una de estas noches voy a despertarme
en una piel diferente
con recuerdos nuevos
o, tal vez, ni siquiera recuerde.
Una vida que se debe acabar
para que una vida nueva comience".

De LUCAS

miércoles, 18 de marzo de 2009

Desnuda ante el sol,
quemada la piel,
deshidratada,
viviendo
...


martes, 17 de marzo de 2009

Desenredando / El elefante encadenado

Sentir sueño cuando el sol está brillando en lo alto del cielo.
No entender ni siquiera el idioma que aprendiste en la cuna.
Congelarte en agosto.
Atragantarte con un guisante
y emborracharte con sólo quitarle el tapón al ron.
Olvidar la tecla "Enviar".
Atrincherar palabras en borradores.
Empezar a desenredar.
Bañarte en sal
y secarte en luna menguante.
Olvidar
es despreciar el pasado
pero, en ocasiones, es necesario
para volver a volar
alto.
Volver a volar alto.
Volver a ...
Creer.
Confiar.
Intuir.
F
L
U
I
R.
Entender.
Crecer.
Querer.
Vivir.
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EL ELEFANTE ENCADENADO de Jorge Bucay*
Cuando yo era chico me encantaban los circos, y lo que más me gustaba de los circos eran los animales. También a mí como a otros, después me enteré, me llamaba la atención el elefante. Durante la función, la enorme bestia hacía despliegue de su peso, tamaño y fuerza descomunal... pero después de su actuación y hasta un rato antes de volver al escenario, el elefante quedaba sujeto solamente por una cadena que aprisionaba una de sus patas a una pequeña estaca clavada en el suelo.Sin embargo, la estaca era sólo un minúsculo pedazo de madera apenas enterrado unos centímetros en la tierra. Y aunque la cadena era gruesa y poderosa me parecía obvio que ese animal capaz de arrancar un árbol de cuajo con su propia fuerza, podría, con facilidad, arrancar la estaca y huir.El misterio es evidente:
¿Qué lo mantiene entonces?¿Por qué no huye?
Cuando tenía cinco o seis años, yo todavía confiaba en la sabiduría de los grandes. Pregunté entonces a algún maestro, a algún padre, o a algún tío por el misterio del elefante. Alguno de ellos me explicó que el elefante no se escapa porque estaba amaestrado.Hice entonces la pregunta obvia:
–Si está amaestrado ¿por qué lo encadenan?
No recuerdo haber recibido ninguna respuesta coherente.Con el tiempo me olvidé del misterio del elefante y la estaca... y sólo lo recordaba cuando me encontraba con otros que también se habían hecho la misma pregunta.
Hace algunos años descubrí que por suerte para mí alguien había sido lo bastante sabio como para encontrar la respuesta: El elefante del circo no escapa porque ha estado atado a una estaca parecida desde que era muy, muy pequeño.Cerré los ojos y me imaginé al pequeño recién nacido sujeto a la estaca.Estoy seguro de que en aquel momento el elefantito empujó, tiró y sudó tratando de soltarse. Y a pesar de todo su esfuerzo no pudo.La estaca era ciertamente muy fuerte para él.Juraría que se durmió agotado y que al día siguiente volvió a probar, y también al otro y al que le seguía...Hasta que un día, un terrible día para su historia, el animal aceptó su impotencia y se resignó a sus destino.
Este elefante enorme y poderoso, que vemos en el circo, no escapa porque cree –pobre– que NO PUEDE.Él tiene registro y recuerdo de su impotencia, de aquella impotencia que sintió poco después de nacer.Y lo peor es que jamás se ha vuelto a cuestionar seriamente ese registro.
Jamás... jamás... intentó poner a prueba su fuerza otra vez...

*Me gustan los cuentos pero no me gusta Jorge Bucay, sin embargo, ahí os dejo este cuento. Con mi mayor deseo de que nunca seamos elefantes encadenados.

La relatividad del tiempo

Mientras camino a coger el metro, pienso y siento que no ha pasado tanto tiempo, nada ha cambiado tanto, nada es tan ajeno.

¿Acaso no pensaste alguna vez que los semáforos son guerreros ataviados con sus pinturas de guerra danzando al viento y sobreponiéndose a los estrepitosos ruidos de la ciudad? ¿Acaso nunca viste las farolas como esas mujeres estilizadas que aparecen en las pinturas africanas de masais? ¿Nunca pensaste al mirar a la luna que ella ha conocido a tus ancestros, que ella contemplaba ya tu historia antes de que tú fueras consciente de estar viviéndola?

¿Ha pasado realmente tanto, tanto tiempo?

Te contempla tu historia, te arropan tus ancestros, la vida te enseña a cada paso y te invita a vivirla casi con "desesperación" porque, al fin y al cabo, ¿qué es una existencia de 70 u 80 años en un mundo que carga siglos sobre sus espaldas y, a pesar de todo, continua regenerándose?
¿Adónde miras para aprender?

lunes, 16 de marzo de 2009

Uno denso.
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,
y te pareces a la palabra melancolía.
(Pablo Neruda)
Y uno ligero.
Entramos en el terreno
de lo inmensamente proporcional.
Veo, veo...
¿Qué ves...?
Pues, en general, mucho gusano
y poca mariposa.
(AJO)