viernes, 26 de diciembre de 2008

Atardece

Atardece en Castilla,
el tren surca rápido sus campos
secos,
amarillos,
desolados,
el horizonte lo marca una gruesa capa gris plomizo...
El invierno es duro,
y las despedidas también.

Atardece y en el mercado de Navidad
unas manos dan vida
a una marioneta...
Me miras,
te miro,
me sonríes y pronuncias esa frase
que sólo conoce tu boca:
"Lo viste? No son necesarias las citas,
la vida es sabia,
la vida te trae y
te lleva".
Te sonrío
y admiro tu sabiduría.
En silencio, te admiro.
Admiro tu vida en una mochila
y tus manos que dan vida
a personajes de cuento...
inventan historias
y dibujan sonrisas.
Me miras a los ojos
y me preguntas:
"Cuando andás a conquistar el mundo?".
Y no te respondo
porque, de repente, lo único que queda
de mi es una niña pequeña...
No te respondo,
esbozo una sonrisa
y me preguntas:
"Lo has encontrado?"
y te respondo: "Quizás..."
y entonces me abrazas,
me das de tu mate
y brindamos
por todo eso que nos espera
a la vuelta de la esquina,
por todo eso que esperamos
a la vuelta de la esquina,
por todo eso que nos espera
más allá de este mercado de Navidad...
Y por las citas que pone la vida,
sabia.
Yo guiño un ojo a tus ojos de mundo
y, al decirte adiós,
me siento pequeña...
Quizás vuelva algún día una mujer
a mirarte a los ojos,
quizás...
mientras tanto me sueño personaje
de tu cuento de mundo.

Atardece y me pierdo entre la gente
sonriendo
y buscando las estrellas en el cielo raso
de la ciudad en la que más desconocida
me siento...

Y, tienes razón, confío en la vida
y en su sabiduría... que nos trae y nos lleva,
que te llena las manos de vidas de marioneta
y te acerca de vez en cuando...
como una ventana que se abre y deja entrar
el aire más fresco,
como un velero que sueña viento,
como una niña que se sueña mujer
en tu cuento.

Gracias. Por aparecer.

jueves, 25 de diciembre de 2008

¡Despierta!

El aroma del café
recrea los buenos días
de tu boca (sobre la mía).

Los sueños desnudos
de luna
te trajeron a mi cama
sin ropa.

El deseo provocó
mareas de sábanas
y se quebró contra la garganta
loca sin ti.

Las pupilas dilatadas
reflejaron miedos,
odios y pasiones
mientras los dedos
dibujaban paraísos desconocidos
y las palabras desvelaban
deXeos casi prohibidos.

Tener en parte el todo.

Desear con nombre propio
tiene el precio del delirio.

Nombrar los deseos
tiene la recompensa
de la locura,
cuyos gemidos sólo conocen dos,
el café es doble en tu boca,
en cuyo calor sólo sobreviven dos,
el frío es doble en tu ausencia.

Anoche.

Transité por tu vida de puntillas.
Velé por tus sueños.

¡Despierta!

Estás libre, sí, LIBRE.



* Mientras corren las horas tranquilamente en mi Palencia natal,
añoro...

martes, 23 de diciembre de 2008

Caperucita roja sólo tiene dieciseis (post caótico)

Mi estado de humor es caótico desde hace tiempo y la forma en que surgen los posts también.
Ayer la Minipunky de nuestras vidas cumplió 16 años y hoy se me ha subido una Caperucita a la falda... todo ello me ha llevado a la canción de Ismael Serrano, de cuya letra rescato la estrofa que más me gusta, mientras desayuno y pienso que:

- No, no me gusta la Navidad pero sí, me encanta el color rojo, más aún el Rojo-Caperucita.
- No, no se cumplen dieciseis todos los días y desde luego que es una edad preciosa y espero que tú, que ya eres sabia, sepas disfrutarla desde ya mismo.
- No, no creo en los mundos de princesas pero, de vez en cuando, me gusta rebuscar entre las ilustraciones de Rebecca Dautremer y sentirme Mirameh... Y ayer fui feliz cuando Carmencita me dedicó un "Princesas", para mi, para que nunca más lo tenga y lo regale.
- No, no me apetece nada celebrar estas fechas porque él no está y noto su ausencia y me pesa y le echo de menos y la Navidad ya no es desde que mi padre no está con su delantal de cuadros rojos para repartir sonrisas pero, en parte, tengo el relevo y, evidentemente, esta noche veré a los enanos y me los comeré a besos, simplemente porque él no puede hacerlo... (o si?).

He descubierto la forma de celebrar la Navidad a mi manera y ¡voy a ello!
¡Va por vosotros!


"Quiero volar, lejos de aquí escapar.
Dime, mi bien, quién me llorará
si me dan alas y echo a volar.
Quiero dormir, no quiero despertar,
quiero ser la lluvia al otro lado del cristal,
quizás alguien me espere en la oscuridad".
(http://www.youtube.com/watch?v=DraatpWuDAE)




lunes, 22 de diciembre de 2008

En movimiento...

A veces ocurre que perdemos el equilibrio y nos olvidamos del camino por el que hemos venido.
A veces pierdo la noción del tiempo y no sé si fue ayer o antes de ayer, la cuestión es que la pierdo y todo me parece poco en mucho o mucho en poco.
A veces ocurre que no nos damos cuenta de que Madrid vive una primavera preciosa en pleno invierno y Lavapiés sigue lleno de terrazas regadas con Ribera en las que encontrar mil sonrisas
y capturar miradas al vuelo.
A veces me pasa, soy consciente de que estoy en movimiento, soy consciente de que mi tristeza es relativa y de que lo que ahora me importa pasará mañana a segundo plano, sin embargo, pierdo el norte, omito las referencias y ... y hago montañas de granos de arena.

A veces ocurre que no sueño ni despierta ni dormida.

A veces ocurre que deseo que pasen los días volando y las decisiones se tomen solas... porque yo sola no puedo.

Hasta la vuelta al mundo...

domingo, 21 de diciembre de 2008

Desde detrás del biombo

Desde detrás del biombo,
observo.
Desde mi papel secundario
espero,
espero la voz
que desvele mi nombre,
que me saque de la sombra
y me de un papel,
un par de frases que pronunciar
y que, de alguna forma,
me encumbren
en algún lugar de ese firmamento
que pesa sobre tu cabeza.

Desde detrás del biombo,
tragándome mi propia lengua,
intentando sobrellevar el peso
de la losa que se empeña
en aplastarme,
de la losa que lleva escrita
las fechas de mi nacimiento
y mi muerte,
principio y fin,
lo que soy y lo que seré.
Espero la oportunidad
de estampar otras fechas
y protagonizar
otros capítulos de mi vida.
Mi vida, que vacía de otras vidas,
no es nada más que un transitar
entre alfa y omega.

Desde detrás del biombo,
observo cómo te quitas el sombrero,
cómo es otro quien te come la boca,
quien te apoya contra la pared,
quien recorre tus costados con su lengua
y sube tu falda,
quien busca entre tus senos y en tus bragas
encuentra la humedad
que espera sus dedos,
delatando el deseo casi violento de esa mano
que te posee
y anuncia un orgasmo
que te hace inmensamente feliz,
quien te embiste
y dibuja una sonrisa abierta
entre tus piernas.
¿Quién?

Desde el otro lado del biombo,
espero impaciente
que pronuncies mi nombre en alto
y desveles mi existencia,
espero ser...
Ser para ti
y desde ti
ser para el mundo.

Y, mientras tanto, caen los días
en el calendario
desnudando diciembre
inexpugnablemente puntuales,
y se desvanece con ellos la esperanza
de ser
este año
protagonista de algo.

Lo contemplo todo desde detrás del biombo,
mi vida,
tu vida,
sus vidas...
y no entiendo nada
la realidad es difusa desde este lado...
Y no quiero interpretarla,
quiero vivirla.
Y no quiero que me la cuenten,
quiero vivirla.
Y no quiero que me la desvelen,
quiero ser yo quien la destroza
a dentelladas.