El fresquito de las mañanas de junio en las piernas desnudas
y salir de casa con tu beso puesto.
Las mariquitas, tan bailonas ellas, enfundadas siempre en
sus batas de lunares.
El melón bien frío. Y los taquitos de jamón de aquella tostada
cordobesa.
La caricia que repites cada mañana y los besos sobre quien
asoma siempre tras ellas.
El zumo de sandía (y remolacha) y las uñas de los pies recién
pintadas.
Abrazarte al salir, abrazarte al entrar. Contenerte en mi abrazo.
Las ventanas azules.
Los cármenes y los giralunas.
Las islas.
La luna.
Tu sonrisa.
¿el infierno son los otros?
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El gato era pequeño. De tan pequeño, podríamos asegurar que sólo tenía
cabeza. Ni tronco ni extremidades, sólo cabeza. Estaba hambriento, era
evidente, s...
Hace 3 semanas