Ayer me desperté echando de menos una caricia que contiene algo que me provoca adicción. La tuya.
Ayer escuché a una amiga feliz al otro lado del teléfono, a su bebé reclamando atención y a su bailarín interestelar saludando a una y otro al entrar en casa. Pensé que esa era, sin duda, la banda sonora de una FELICIDAD mayúscula.
Ayer me di cuenta al contárselo a ella de que todo va bien últimamente. Los sueños se acumulan en el borde de la cama para saltar a la realidad y convertirse en rutina. Para SER con mayúsculas. Y pensé que esta es, sin duda, una época de realidades palpables.
Ayer volví a dormir desnuda y hoy, al deshacerme del edredón, me deshice de todas esas deudas pendientes con un pasado totalmente reversible.
Hay días que marcan un antes y un después y mi "ayer" contuvo todo lo necesario para ser uno de ellos.
Mientras tanto sigo mudándome a su Primavera...
el hemisferio débil
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De vez en cuando desempolvo álbumes de fotos, de aquellos en que las
instantáneas eran material sensible también para los dedos. Andaba buscando
un pasap...
Hace 1 semana