Después de comprobar que existen las princesas, sólo gracias a que existen batracios orgullosos de serlo y empeñados en escribir cuentos llenos de ventajas, he llegado a la conclusión, probablemente "una vez más", de que nos engañaron con tanto príncipe azul, pretenciosos y egocéntricos, demasiado ocupados en comprarse la talla exacta de polainas para lucir bien. Realmente las princesas son felices al lado de sus batracios de OjOs grandes y dentaduras afiladas, piel desnuda y lengua juguetona. Te espero en la charca a la hora acordada... y continuó camino a casa de la abuelita...
¿el infierno son los otros?
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El gato era pequeño. De tan pequeño, podríamos asegurar que sólo tenía
cabeza. Ni tronco ni extremidades, sólo cabeza. Estaba hambriento, era
evidente, s...
Hace 3 semanas
1 comentario:
A mí dénme a mi sapo, la etapa de los príncipes ya fue.
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