miércoles, 6 de mayo de 2009




¡¡¡¡¡¡¡Habemus pannnnnnnn!!!!!!!!!!
(Gracias a mi Carmencita del alma que me regaló la panificadora.
Al compi que tanto me cuida y compró la harina.
A las compis de piso que me "sufren" y vigilan el pan conmigo).
Mis dedos recuerdan el quicio de tu boca
como si fuera ayer...
pero no fue ayer
ni antes de ayer.

La vie en rose

Se despiertan 999 y 1 permanece dormida.
La zarandeo... ¡despierta! Me guiña el ojo
y, mientras se acurruca
y baja la persiana de nuevo, musita:
¡Déjame! Es importante que acabe de soñarlo...
Luego te lo cuento.
Mientras 444 se duchan y las otras 555
toman café,
la que sigue en la cama sonríe...
¡Déjame! Es importante que acabe de soñarlo...
Luego te lo cuento.
Nos hemos ido de casa y la hemos dejado
soñando...
Sonido de tambores.
"Gracias por dejarme dormir un ratito más".
Pero... ¿qué ha soñado? Las 999 se irritan
cual vecinas cotillas...
Y, ella, sonríe, se viste de rosa y responde:
(sonido de tambores)
"He soñado que la vida es sólo un ensayo
y en la versión final, en el estreno real,
no pierdo el tiempo haciendo tachones
aprendo a pintar de verdad".
Mientras 998 trabajan,
hay una que se desmarca y la sale al encuentro.
A saber por dónde andarán... seguro que respirando
algún parque
y contándose algún otro sueño...
Cada minuto que pasa, se va restando una de este lado
y se une a ellas...
ahora mismo ya son 4,
no, 5,
no...

martes, 5 de mayo de 2009

Tengo el billete de vuelta en el cajón,
no me queda otra opción
que sonreír como una niña pequeña.
Prepara el sol que yo pongo la piel,
prepara el ron que yo pongo los cuentos,
prepara sonrisas que nos las comeremos enteras,
prepara el colchón que yo llevo mil sueños
y alguna canción por si quedamos en silencio...
Mayo cambiará los rumbos
pero nos encontraremos en junio.

lunes, 4 de mayo de 2009

Lo último del gran maestro

Lo que me gusta de tu cuerpo es el sexo.
Lo que me gusta de tu sexo es la boca.
Lo que me gusta de tu boca es la lengua.
Lo que me gusta de tu lengua es la palabra.

Papeles inesperados de Julio Cortázar

domingo, 3 de mayo de 2009

Cuando abrazar era pecado...

- La mujer que comparta mi suerte ha de saber que la suya puede ser muy negra. Me pueden coger y me puden matar, nos podemos casar y quedar viuda o me pueden matar sin casarnos. Y tú tienes que pensarlo bien. Y no sé si tengo derecho a pedírtelo, o si hubiera sido mejor no pedírtelo. Yo no sé cuánto tiempo tendré que seguir escondiéndome.

Ella levantó la vista del suelo. Él le tomó la mano y la pasó bajo su brazo.

- ¿Quieres ser mi novia?

Sonrieron los dos. Los dos desearon abrazarse. Ella se colgó de su brazo y comenzó a caminar deprisa.

-¿Adónde me llevas?

- Adonde van los novios de Madrid.

Lo condujo a la estación de Delicias y, cuando llegó el primer tren y descendieron los primeros viajeros, lo abrazó. Y se entregó a su suerte en aquel abrazo.

Algas.

Sus besos fueron algas enredadas en agua de mar. Algas en dos mares que se encuentran.
Algas.
Sí.


Final de la primera parte del maravilloso libro "La voz dormida" de Dulce Chacón