viernes, 7 de agosto de 2009

Cuarto sentido: El gusto

Pasaron días y noches saboreándose, lamiéndose, succionándose. Al principio aderezaban sus bocas y sus cuerpos con mil ingredientes diferentes. Después, descubrieron el placer de los sabores sin disfraz, omitieron las especias, la miel, el helado... sus sabores desnudos les enloquecían por completo hasta el punto de no ingerir nada desde horas antes de verse para que su sentido del gusto estuviera atento, deseoso, anhelante.

Cuentan que murieron de inhalición después de un tiempo separados. Él, desnutrido y deshidratado, obsesionado por mantener intacto en su boca el sabor de su último bocado de ella. Ella, desnutrida y deshidratada, loca por conservar intacto en su boca el sabor afrutado y salado de la boca de él. Locos.

Tercer sentido: El olfato

En las noches de luna llena jugaban como verdaderos mamíferos lunares a buscarse por el olor.
Se duchaban y se tapaban los ojos. Se situaban cada uno en un extremo de la casa (o al lado) y comenzaban a buscarse olisqueando.
Le tocaba encontrarla. El olor de ella en esas noches era fuerte, la excitacón del juego pronto se mostraba humedeciendo su sexo, emitiendo un olor entre ácido y dulce que él rápidamente reconocía... Se le hacía la boca agua al saber que se aproximaban y, a pesar de la premura y las ganas de devorarla, se detenía oliendo cada rincón... en la habitación olía las sábanas, las bragas recién quitadas, el picardías, olía la almohada, hundía la nariz entre los pañuelos que siempre la adornaban... la buscaba con calma... mientras ella esperaba ser encontrada y no podía evitar el nerviosismo, al notarlo cerca se estremecía y sus hormonas olían más y más... Cuando ya eran dos cuerpos uno frente a otro, dos narices con ganas de devorar, sólo entonces... se apoyaba contra la pared y le dejaba olisquearle despacio desde el tobillo hasta el clítoris, desde el dedo índice hasta la axila... de norte a sur...
En noches de luna redonda, completa, inmensa... sus olfatos de mamíferos se agudizaban y el epicentro del deseo era la nariz.

jueves, 6 de agosto de 2009

Segundo sentido: El oído

- No sé cómo susurras, no sé cómo hablas, no sé cómo me hablarás... No conozco tus ruidos.
- Su-su-rros... so-no-rossss ... silbantessss ... con s que suenan a s... sssss... Mis palabras están enteras.
Días después decidieron comenzar a conocerse sonoramente, a penetrarse por los oídos y, entonces, llegó una nueva promeSa:
- Mis s en desuso serán besos en tus labios.
- Trato hecho. Anótalas todas, ¡¡no hagas trampas!!

miércoles, 5 de agosto de 2009

Primer sentido: El tacto

Hasta tal punto llegó su obsesión por tener el tacto del otro continuamente que decidieron intercambiar sus manos izquierdas antes de despedirse.

Ante la imagen dantesca, ante aquellas manos izquierdas que no pertenecían a los cuerpos que las lucían, las gentes de uno y otro lugar no entendían nada y ellos, los dos, se reían y se prodigaban mil caricias con el tacto del otro.

No sería lo último que intercambiarían. A las manos izquierdas, les siguieron los labios inferiores, las puntas de la nariz, los párpados derechos, centímetros de las pieles que cubrían sus columnas de norte a sur, los lóbulos izquierdos, trozos de paladar, pezones, surcos de sus ingles, círculos alrededor de sus ombligos, lunares, ...
Un día se miraron y no supieron distinguir dónde acababa uno y dónde empezaba el otro.
Ese día fueron felices.

martes, 4 de agosto de 2009

Equipaje de mano imprescindible

No olvides guardar mis mil besos rojos y el "Aunque tú no lo sepas" que me enseñaste.
No olvides tampoco el puñado de estrellas que escribe la constelación que ves desde tu ventana, quizás puedas reproducirla allá donde vas... y sentirte siempre como en casa.
No olvides no olvidar nunca los lugares inevitables.
No olvides las chinchetas que tienen destinos futuros.
No olvides "Lucía y el sexo".
No olvides, no, no olvides... este rincón para los sueños. No olvides soplar un diente de león antes de irte. No olvides que no te olvida mi sonrisa. No ol-vi-des, no me ol-vi-des. No olvides aquello que quedó escrito en la nevera y que hace arder mi ilusión cada vez que lo releo...
"Lo eran, eran fuego,
lo eran"
.
Llévate todos Los Planetas De Viaje y llévate mi espejo favorito para que te indique las coordenadas cuando quieras volver.

Aprender idiomas, aprender el amor

Si el amor, como todo, es cuestión de palabras,
acercarme a tu cuerpo fue crear un idioma.

"El amor" de Luis García Montero

lunes, 3 de agosto de 2009

Amaneceres

Desayuno la estela de tu paso por mi noche
y es por eso que últimamente me gusta
tanto el amanecer.

Duermo poco, sonrío mucho y te recuerdo
cuando despierto.

domingo, 2 de agosto de 2009

Peor que el olvido

Extraño

Supongo que incluso las sensaciones y los sentimientos están programados y es por eso por lo que todo esto es ... extraño... es extraño... patas arriba, patas abajo... es extraño.

- ¿Por qué le das tantas vueltas?

Porque es extraño...

- Pero está pasando... así que es cierto. No necesitas racionalizar más, está pasando, es cierto...

Sí, pero es extraño.

- ¡Qué pesada eres!

No he soltado lastre...

- Ya, ya veo, ya... No veo el riesgo así que ¡házlo cuanto antes!

Sí, "cuanto antes"... él también dijo "cuanto antes".