lunes, 29 de noviembre de 2010

Winterzeit

Hace frío. Un cielo vestido de invierno amenaza con cubrir Madrid de nieve por primera vez. Llegó la hora de las bufandas, los guantes, los calcetines por la rodilla y las narices (y orejas) coloradas. Cierro los ojos y me sueño en medio de una plazasujetando una taza de Glühwein con las manos enfundadas en unas gruesas manoplas peruanas. Huele a canela por toda la ciudad y el sabor a galleta de jengibre apenas deja disfrutar del resto de dulces. No me gusta la Navidad, pero me encanta viajar, así que estoy deseando que llegue este viernes y aterricemos un pelín más al Norte, aunque nos resten diez grados y nos rodeen de nieve.