Hoy me paré a pensar que por las mañanas parece que estuviera programada... y la verdad es que no me gusta nada.
6.40 suena la alarma, normalmente ya me he despertado con la alarma del vecino que suena a mis 6.28 que deben ser sus 6.30. Subo la persiana, y me pongo el pijama antes de salir de la cama y antes de abrir la ventana... Me cruzo con Laura por el pasillo... Ella se levanta dormida así que apenas musita un "Buenos días"... Yo respondo siempre igual (qué horror, siempre igual): "Buenos días, Lauri". Se mete en la ducha y yo pongo el café, me hago un zumo (siempre dos naranjas y medio pomelo??), me bebo el zumo mientras sale el café ... Laura sale de la ducha, yo hago mi cama, cojo mis cosas, cojo mi taza de café y voy al baño... Antes de entrar a la ducha, siempre, siempre, siempre, bebo un par de sorbos de café... Jooo qué ojeras tengo hoy... Puffffff ¡un grano!... Me ducho siguiendo siempre el mismo orden, estoy segura de que incluso siempre meto el pie izquierdo el primero a la bañera... salgo, me doy crema, 1 crema, 2 cremas... me hago mayor jajajajajaja... el pelo... me visto... las botas... siempre primero el pie izquierdo (lo que son las cosas, eh? jajajajaja)... bolso... pendientes ... perfume ... busco el billete de metro y lo meto en el bolsillo izquierdo... libro... llaves... Siempre salgo de casa a las 7.23 y, cuando paso por la marquesina de Fco. Silvela siempre marca las 7.27... el barrendero siempre está en la misma esquina de la calle... entro al metro y sigo siendo metódica... bajo unas escaleras andando, las otras mecanizada... me quito el abrigo, saco el libro, me doy cacao en los labios ... entro al vagón y busco una esquinita, leo un rato ... salgo en Pza. de Castilla, subo las escaleras andando... Me encuentro con Nieves y hablamos ...
Sí, seguro que a todo el mundo le sucede lo mismo... Sobretodo por las mañanas, ¿verdad? No hay lugar a la sorpresa... Normalmente nadie te saluda, nadie te mira, nadie te sonríe...
Creo que es la única parte del día en la que puedo decir que soy ordenada y previsible.
Y, la verdad, solemos odiar la rutina pero, en muchas ocasiones, yo la he echado de menos porque la rutina es un 1, 2, 3 familiar que nos protege...
Siempre miro el termómetro en Pza. de Castilla y hoy marcaba seis grados... Grrrr... ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Qué frío!!!!!!!!