Un nuevo lema

Saquemos la Eva que llevamos dentro
y dejemos que perviva sólo una parte de nuestra Wendy...
Basta ya de volar tras la estela de Peter Pan,
basta ya de sentirnos costillita de Adán,
basta ya de cuidar niños grandes, confusos, vampiros emocionales,...

Hoy, después de cruzarme muchos emails con una de mis Bernardas, con Laura,
hemos llegado a la conclusión de que como buscadoras de frases-protesta para
ilustrar camisetas no tenemos precio... Pero, ojito con nuestras frase-protesta,
porque encierra mucha sabiduría y, sobretodo, dejan entrever las cicatrices
de nuestro alma.

No me roces...

No roces mi corazón
porque aún me duele
darme cuenta de que sabes
cómo hacerlo.

No roces mi pelo
que aún huele a siesta
en agosto
que aún lleva el nombre
de cada uno de tus dedos
impreso.

No me llames,
no me escribas,
no me PIENSES.

Bórrame de todos los lugares
de donde me puedas borrar.

Házlo.

Suéltame.

No me hagas cosquillas
de palabras dulces,
no me digas aquello
que deseo oír y que
antes nunca te atreviste
a decirme.

Suéltame, házlo, suéltame, bórrame.

Me da miedo que no me hayas borrado
en todo este tiempo...

¿Miedo? Prometí borrar esa palabra
de mi corazón pero no puedo...
Es así, siento miedo.
Miedo de no haberme soltado
del todo de ti,
tengo vértigo
de corazones ajenos
al tuyo.

Volver...

Volver
siempre me cuesta...
siempre me duele...
siempre me pesa.

Volver
al lugar en el que descubrí
tantas cosas,
al lugar donde comenzó
el cambio.
¿O simplemente continuó?

Mi primera isla,
mi exilio del frío...

Y, después, volver aquí...

Volver
siempre me pesa,
siempre me duele,
siempre me supone un esfuerzo ingente.

Siempre quedan hilos
que tiran de mi hacia el lugar
en el que estuve ayer.

Siempre pensando en no estar
donde estoy.