viernes, 11 de diciembre de 2009

Stunden

Me gusta contar las horas, observar lo llenas que están aquellas que contienen sueños y risas, lo vacías que están otras que parece que ni siquiera contienen sus sesenta minutos.

Me gusta imaginar que los minutos esperan en perfecta fila india colgados de una cuerda su turno para saltar al vacío de ser vividos. Incluso para ser minuto hay que tener suerte... Algunos de ellos cambiarán nuestras vidas, las contendrán. Otros pasarán sin más. Minutos anónimos.

Pero a mi me gusta contar horas en voz alta, contar segundos me parece pesimista... porque serían muchos los que quedan aún. Horas, contar horas y que la cuenta sea pequeña, pequeña, pequeña.

¿Por qué no cuento los días? Porque los días tienen demasiado protagonismo con su nombre y apellidos: Viernes Once de Diciembre.

miércoles, 9 de diciembre de 2009


Si fueras árbol,
serías un tejo.
Verde, perenne,
desafiando al frío
y al viento.
(Desafiando mis
miedos de invierno).

lunes, 7 de diciembre de 2009

Yo me acurruco asustada y ni siquiera soy capaz de decidir a qué hora salir de mi burbuja-cama, a qué hora poner el despertador y abandonar esta siesta.

Tú me recuerdas que sólo es necesaria una manopla porque la otra mano está
felizmente ocupada.

A veces me empeño en ser rara. Y me agobio yo sola.