viernes, 27 de febrero de 2009

PRONÓSTICO METEOROLÓGICO

"Marzo lluvioso y abril ventoso, hacen a mayo... ¡florido y hermoso!" dice el refranero popular.

Se va un febrero que comenzó con una nevada espectacular y que, con el paso de los días, fue trayendo cielos azules y tardes primaverales, con las alteraciones hormonales y alergias varias que eso conlleva.

Marzo se anuncia ya lluvioso así que hay que preparar paraguas, gorros y moral para soportar la que se nos viene encima. (Al menos a mi las únicas nubes que me gustan son rosas, esponjosas y se comen con las manos...).

Para contrarrestar, la luna ha comenzado ya a crecer y los días son sensiblemente más largos.

Pero, por el momento, son las 8:46 de la mañana y sobre Madrid luce un sol de escándalo así que ¡a aprovecharlo!

jueves, 26 de febrero de 2009

Recuperar la cordura

Hacía tiempo que había recuperado su cordura y, ahora, se asía a ella cual garrapata a la oreja de un perro callejero. Dejó de frecuentar fiestas, bares, grupos de gente animada; dejó de beber vino tinto y de fumar marihuana antes de dormir; dejó de escribir; dejó de contar estrellas antes de dormir; dejó de gastarse cantidades desmesuradas en caprichos que no llenaban los huecos vacíos por la ausencia plomiza de quien se fue y se lo llevó todo; dejó de soñar; dejó de llorar de emoción y se puso una venda gruesa en los ojos, dique de emociones; dejó de frecuentar los cuerpos que le traían oleadas de placer y dejó de buscar la luna. Había recuperado totalmente su cordura y eso se repetía con orgullo cada mañana: "Te tengo presa, ahora no te escaparás. He limpiado mi vida con aguarrás y ahora no quedan restos de locura, piso la tierra, estoy en equilibrio".

El tren no pasó a la hora exacta... tendría que esperar una hora más a que pasara el siguiente. Aquello trastocó sus planes de aquella tarde / noche. Desde un banco de la estación, su pensamiento comenzó a agitar el ritmo de su corazón... mientras unos ojos inmensos clavaban la mirada en sus manos nerviosas y una voz rompía el silencio de aquel atardecer. "¿Tienes hora?". Por supuesto que tenía hora, desempolvó el reloj el mismo día que decidió limpiar con aguarrás los restos de locura de su vida. "Son casi las 8". Pensó que ya quedaban apenas 12 minutos para que llegara el siguiente tren, su billete a la tranquilidad de su casa. "Está haciendo bueno últimamente, ¿verdad?". La voz se empeñaba en romper el silencio y no le apetecía nada tener que responder pero ... "Sí, está haciendo muy bueno, una tregua del invierno". No era la voz si no lo que vibraba por detrás de ella, no eran los ojos si no el mar que alojaban y que le hacía recordar, recordar, sumergirse, no poder poner freno... Intentaba parar aquellos pensamientos, intentaba omitir aquella parte de su vida en la que la locura estaba presente en cada uno de sus movimientos pero no podía... "¿Quieres un café? El tren tiene retraso, lo pone en la pantalla". Pensó que no podía ser, comenzó a temblar de los pies a la cabeza, no había nadie más en el andén y aquella situación era ridícula ya... Aceptó. Veinte minutos delante de aquel mar desconocido, de aquella playa de contornos bien definidos, de aquella selva caracolada que invitaba a perderse y no volver... Sólo veinte minutos...

Al subir al tren se sonrieron y buscaron asientos totalmente apartados, espalda contra espalda...

Veinte minutos de invitación a volver a la locura profunda, a abrir puertas y ventanas, a ventilar, a dejar que tiemblen las piernas si tienen que temblar, a dejar que sea lo que tenga que ser...

Y no pudo aceptar.

Llegó a su casa una hora y doce minutos más tarde. Recuperó su rutina repitiendo aceleradamente cada uno de los pasos que la componían y, al acostarse, ató sus pies al piecero de la cama... Tenía miedo de soñar con el mar y no ser capaz de contener sus deseos de volar.

miércoles, 25 de febrero de 2009

Me conformo...

... con encontrar la llave inglesa que desatornille
cada uno de los recuerdos que alicatan tus emociones
prensándolas contra tu pecho
y asfixiándote
bajo un embaldosado
que no has elegido.

... con una llamada en las noches sin luna
que dure horas
y moje sábanas y almohadones
con tus lágrimas y con las mías
y un sms
en días de sol intenso
que me diga
que estás sonriéndole al viento.

... con encontrarte de vez en cuando
entre mis recuerdos
porque te llevo dentro,
muy dentro,
te llevo donde te quiero llevar,
no te vayas lejos...

... con soplar tus ojos de invierno
y hacer temblar tus pestañas
y reír
ante tu gesto contrariado
y despertar sueños
y guardarlos en la maleta
y llevármelos a mi vida
y sacarlos de vez en cuando
y probármelos
y sorprenderme
de que siempre me queda bien
aquello que tejo contigo.

... con encontrarte
en cada movimiento...

martes, 24 de febrero de 2009

Hallazgos de media tarde

La niña interior se apacigua si le robas gemidos a la mujer que es por fuera. El hielo se deshace mejor con caricias que con sol. El helado de menta dura más que el de dulce de leche. Los castigos pueden ser pedagógicos si son divertidos y elocuentes. Estar en deuda es un gran placer...

lunes, 23 de febrero de 2009

Instrucciones para ser feliz hoy

Levanta la persiana.
Agradece al sol su presencia,
a las nubes
su ausencia
y
¡sonríe!