martes, 1 de julio de 2008

No me roces...

No roces mi corazón
porque aún me duele
darme cuenta de que sabes
cómo hacerlo.

No roces mi pelo
que aún huele a siesta
en agosto
que aún lleva el nombre
de cada uno de tus dedos
impreso.

No me llames,
no me escribas,
no me PIENSES.

Bórrame de todos los lugares
de donde me puedas borrar.

Házlo.

Suéltame.

No me hagas cosquillas
de palabras dulces,
no me digas aquello
que deseo oír y que
antes nunca te atreviste
a decirme.

Suéltame, házlo, suéltame, bórrame.

Me da miedo que no me hayas borrado
en todo este tiempo...

¿Miedo? Prometí borrar esa palabra
de mi corazón pero no puedo...
Es así, siento miedo.
Miedo de no haberme soltado
del todo de ti,
tengo vértigo
de corazones ajenos
al tuyo.

2 comentarios:

Veneguera dijo...

A mí me gustaría no llamarle, no escribirle, no pensarle...¿por qué hay personas que se te quedan enganchadas para siempre?siempre es mucho tiempo...
ojalá se te acabe la mirada constante, la palabra precisa, la sonrisa perfecta...

Carmen dijo...

hay personas que se nos quedan "enganchadas dentro" (como dicen en Lucía y el sexo) para "casi siempre"... A él ya no me molesto en intentar olvidarle, he aprendido a quererle infinitamente tal y como es pero refugiada en cierta distancia, ahora entiendo por qué apareció en mi vida, era el tomo primero de una larga colección de Peter Panes canallas y profundos... que me están ayudando a construirme. Sólo que, a veces, cuando él asoma y ajusta el enganche, me duele...
Besos
Carmen