domingo, 21 de diciembre de 2008

Desde detrás del biombo

Desde detrás del biombo,
observo.
Desde mi papel secundario
espero,
espero la voz
que desvele mi nombre,
que me saque de la sombra
y me de un papel,
un par de frases que pronunciar
y que, de alguna forma,
me encumbren
en algún lugar de ese firmamento
que pesa sobre tu cabeza.

Desde detrás del biombo,
tragándome mi propia lengua,
intentando sobrellevar el peso
de la losa que se empeña
en aplastarme,
de la losa que lleva escrita
las fechas de mi nacimiento
y mi muerte,
principio y fin,
lo que soy y lo que seré.
Espero la oportunidad
de estampar otras fechas
y protagonizar
otros capítulos de mi vida.
Mi vida, que vacía de otras vidas,
no es nada más que un transitar
entre alfa y omega.

Desde detrás del biombo,
observo cómo te quitas el sombrero,
cómo es otro quien te come la boca,
quien te apoya contra la pared,
quien recorre tus costados con su lengua
y sube tu falda,
quien busca entre tus senos y en tus bragas
encuentra la humedad
que espera sus dedos,
delatando el deseo casi violento de esa mano
que te posee
y anuncia un orgasmo
que te hace inmensamente feliz,
quien te embiste
y dibuja una sonrisa abierta
entre tus piernas.
¿Quién?

Desde el otro lado del biombo,
espero impaciente
que pronuncies mi nombre en alto
y desveles mi existencia,
espero ser...
Ser para ti
y desde ti
ser para el mundo.

Y, mientras tanto, caen los días
en el calendario
desnudando diciembre
inexpugnablemente puntuales,
y se desvanece con ellos la esperanza
de ser
este año
protagonista de algo.

Lo contemplo todo desde detrás del biombo,
mi vida,
tu vida,
sus vidas...
y no entiendo nada
la realidad es difusa desde este lado...
Y no quiero interpretarla,
quiero vivirla.
Y no quiero que me la cuenten,
quiero vivirla.
Y no quiero que me la desvelen,
quiero ser yo quien la destroza
a dentelladas.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Por qué escribe usté desde la perspectiva de un hombre? ¿O la falda es porque el tipo al que se la quitan es escocés? Contésteme si quiere, claro. Bueno, como siempre... qué tontería, oiga.

M

Carmen dijo...

Salió así, Madame M. Supongo que mi lado lesbiano se pronuncia de vez en cuando y arrincona mujeres contra la pared, en lugar de hombres.

Anónimo dijo...

Dicen que es la mujer quien elige al hombre, pero sabemos que luego son ellos quienes ponen las reglas del juego en las relaciones.
Dicen que son las mujeres las que aman y los hombres los que se dejan amar.
Dicen que son las mujeres las que ponen el 100% en la relacion y lo hombres, apenas y si llegan al 50%.
Dicen que estar con la persona a la que quieres, deseas y anhelas es lo mejor del mundo.
Dicen que compartir tu vida con el ser amado es un sueño.
Dicen...... y quien sabe, algun dia, me tocará a mi.

(Tocada, pero nunca hundida)
Manuela)

Carmen dijo...

No, Manu, las reglas se ponen entre dos y somos "esa generación" que tiene que provocar el cambio. No te imagino en otra actitud que no sea la de lucha, en otro lugar que no sea con los pies en la tierra analizando y proyectando lo que necesitas.
No, no. En un blog amigo, el de Patriz (lostnilwen) encontrarás algo sobre Ulises y Penélope... Se trata de eso, de no ser nunca más la Penélope que espera... Quien espera, desespera... Quien me diga que hay que tener fe, le diré que hace tiempo que la perdí, en Dios y en todo lo masculino.
Aquí y ahora... Insisto, no, no son ellos quien ponen las reglas del juego ni son ellos los que se dejan amar... O te subes al carro, o el carro sigue sin ti.

Anónimo dijo...

Tu lado lesbiano genera imágenes en mi cabeza muy eróticas para una mañana de lunes como la de hoy ... (si, siempre igual).
Rompo una lanza a favor de aquellos hombres que no esperamos que nos amen ellas, si no que amamos, que no sólo no las beneficiamos, que no nos sentamos a contemplar lo que sucede, que no las escondemos detrás de biombos, que las adoramos.
Una pregunta fácil: Qué hacéis vosotras para arrancar de vuestras vidas a los patanes???

alvenc

Carmen dijo...

Una respuesta fácil: nada...