Saludas desde el quicio de la puerta
y te invito a bailar.
Me adviertes de los posibles pisotones
y yo me río mientras
escojo canción.
"... y nos dieron las diez
y las once,
las doce
y la una
y las dos
y las tres...".
Me pisas y me muero de risas
que invade tu lengua...
Al despertar, me duele aún tu pisotón.
mi hogar en cualquier sitio
-
*a Sendoa Bilbao*
«El día más insospechado
me desperté con la entereza
de no hablar más de mi pasado
y perdí peso en la cabeza».
Antonio Vega
Aprendí hac...
Hace 2 semanas
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