lunes, 18 de abril de 2011

Torpezas

A veces cometo la torpeza de ser infeliz obligadamente, esto es, revolver el cortijo hasta encontrar una mota de polvo insignificante que, con una ración de imaginación y mala uva, se convierte en una montaña de polvo asqueroso... Es triste no saber gestionar la paz y la felicidad. Sí, lo es. De repente hay una parte de mi, totalmente incontrolable, que hace lo que se le antoja... y (¡por supuesto!) lo que se le antoja no es nada positivo.

Qué naturaleza tan extraña la del ser humano (sí, generalizo porque auto-apuntarme me duele mucho y es demasiado maduro para cómo estoy viviendo esta primavera, alterada cual adolescente con converse nuevas) cuando busca motivos para estar triste, en lugar de sonreír y matar al sol a carcajadas.

2 comentarios:

Ana Laura dijo...

Lo que me transmite el post es que -más allá de esa naturaleza tan extraña del ser humano para buscar motivos para estar triste- tienes motivos para estar feliz esta primavera. Y eso es muy bueno :)

Emily dijo...

¿Por qué será que estamos más acostumbradas a estar preocupadss y disgustadas que a disfrutar tranquilamente del estar vivas? No se quién, ni en qué momento, olvidamos a ser felices como niños.