jueves, 1 de diciembre de 2011

Sueños y charcos

Hay un baile de disfraces al que no me han invitado, sin embargo, desde la cama oigo el bullicio y siento envidia. Sola con mi cabeza intento convencerme de que nunca me gustaron ese tipo de fiestas. De repente soy solo ojos. Lloro. Desconsolada. El charco es tan profundo que me desnudo y me sumerjo, en apenas segundos he logrado inmiscuirme en tus sueños, te grito y no me escuchas, aleteo y no me ves, te pellizco y no te inmutas, me despierto y ¡no eres tú! Los recuerdos galopan por mi cabeza y, de repente, vuelvo a la fiesta de disfraces, a la envidia, estoy girando con un extraño que lleva una máscara con tu cara... Se encienden las luces, es el momento de retirar las máscaras. Y ¡no eres tú!

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