... y regalarte cada mañana de viernes una poesía.
Y atravesar el quicio de la puerta (ya) echándote de menos.
Y descontar minutos hasta tu siguiente sonrisa.
Y desear los viernes despegados de la silla y
los desayunos de los sábados con pan recién tostado,
mermelada,
mantequilla.
Y repetir verano en el fin del mundo.
Así transcurren nuestros años juntos.
Deslizándose alegres por tus OjOs de OtOñO.
el hemisferio débil
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De vez en cuando desempolvo álbumes de fotos, de aquellos en que las
instantáneas eran material sensible también para los dedos. Andaba buscando
un pasap...
Hace 1 semana