Son amantes, puesto que se masturban a la vez en ciudades distintas. Siempre a la misma hora. Él piensa en ella y punto. Ella imagina un ogro de ojos oscuros, más grande que su cama. Una noche el ogro llega. Ella grita de placer al verle, el ogro también. La mata de un bocado y sigue su camino hacia la selva.
(De Cristina Verbena)
¿el infierno son los otros?
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El gato era pequeño. De tan pequeño, podríamos asegurar que sólo tenía
cabeza. Ni tronco ni extremidades, sólo cabeza. Estaba hambriento, era
evidente, s...
Hace 3 semanas
1 comentario:
Uf!
Petonets
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