martes, 14 de julio de 2009

La casa de las lilas y los tilos

Hace tiempo que modifiqué mi trayecto matutino para pasar por esa calle y, en concreto, para ver esa casa y soñar la vida que la llena (además de cómo la llenaría yo con mi vida). La casa de las lilas y los tilos, un oasis en pleno Madrid, al lado de la caótica Plaza de Castilla. Balcón de madera pintada de verde-bosque-en-penumbra, ventanales cubiertos por visillos blancos que impiden las miradas curiosas al interior, tapia blanca a la altura de la cadera seguida por una densa enredadera de flores moradas que se abren al atardecer y se cierran cuando el sol comienza a apretar, hermosos tilos abrazándola y cientos de lilas que perfuman toda la calle. Naturaleza casi salvaje, nada está ni (demasiado) arreglado ni (demasiado) desaliñado... parece como si cada árbol tuviera su lugar privilegiado y le dejaran campar a sus anchas y expandir sus ramas sin cortarle el paso o pretender darle formas decorativamente "bonitas". Cada árbol cuenta su vida a su manera.

En mi soñar matutino siempre pensé que esa casa y esos árboles sólo podían pertenecerle a un hombre guapo con barba espesa negra y pelo largo, con manos grandes expertas en acariciar árboles y plantas, con mirada profunda que ve más allá de las hendiduras, que lee más allá de las piedras... Me imaginaba a un hombre bohemio que por las noches se sentaba a ver la luna en el balcón mientras bebía una copa de buen ribera y descifraba las historias que cuentan las lilas.
Feliz en su soledad buscada. (No, a ella no me la imaginaba).

En mi despertar matutino de hoy he conocido al dueño de la casa de los tilos y las lilas. Un BMW inmenso le esperaba con el motor encendido y la puerta abierta. Parecía habérsele olvidado algo, he visto la puerta de la casa entreabierta y a una mujer bien vestida con tacones altos que le alcanzaba un sobre y le daba un beso rápido en la mejilla. Él ha cerrado la puerta de la casa y se ha metido en el coche con prisas... Me ha cedido el paso y le he mirado a los ojos que eran lo único que coincidía con su imagen en mi sueño. Profundos. Infeliz en su perfecta y encorsetada vida para dos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ese complejo de Elektra que te persigue.
Estás preparando las orejas?
Bussi
alvenc