jueves, 19 de noviembre de 2009

Y es que hay veces que a la luna se le ve el ombligo
y sin evitarlo, como una loca,
te persigo...

Y es que hay veces que la luna hace pucheros,
y sin ti, no soy, no quiero,
me muero...

Y es que hay veces que la luna baila tangos desnuda,
y sin permiso, convierto en mordisco mi anhelo
y absorbo tu sonrisa en un beso.

Noche sin luna repleta de anhelos de besos absorbentes.
¿La viste? Yo, no.
Cuentámelo.

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