Y es que hay veces que a la luna se le ve el ombligo
y sin evitarlo, como una loca,
te persigo...
Y es que hay veces que la luna hace pucheros,
y sin ti, no soy, no quiero,
me muero...
Y es que hay veces que la luna baila tangos desnuda,
y sin permiso, convierto en mordisco mi anhelo
y absorbo tu sonrisa en un beso.
Noche sin luna repleta de anhelos de besos absorbentes.
¿La viste? Yo, no.
Cuentámelo.
¿el infierno son los otros?
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El gato era pequeño. De tan pequeño, podríamos asegurar que sólo tenía
cabeza. Ni tronco ni extremidades, sólo cabeza. Estaba hambriento, era
evidente, s...
Hace 3 semanas
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