miércoles, 16 de diciembre de 2009

Rastro de vos

La primera vez que me fijé en él fue tras ocupar su asiento en el vagón de metro. Estaba caliente, debía haber hecho un tramo largo allí sentado. Al sentarme levanté la vista y observé su cara de cansancio al abrir la puerta y, después, sus pasos arrastrados rumbo a la escalera. Dediqué el resto de paradas a imaginar su vida.

La segunda vez el asiento también estaba caliente pero, además, había un periódico del día anterior abierto por la página 7 en el asiento de al lado. Parecía como si viviera en el día anterior y entonces pensé que debía trabajar de noche y le añadí capítulos a su vida.

La tercera vez que me fijé en él fue invadida por un escalofrío que había congelado mi pensamiento porque, al sentarme en el asiento que acababa de abandonar, sentí frío polar. Ese día no pude imaginar nada y horas después su rastro de frío aún me recorría.

Como cada mañana, sonó el despertador a las 6:10. Desperté de mi sueño y comencé mi rutina en el mismo punto en el que la había dejado el día anterior, bajo la atenta mirada de mi (gira)sol, rastro de vos.

* Parafraseando el "Rostro de vos" de Mario Benedetti. Parafraseando, nada más.

1 comentario:

Vicky dijo...

Feliz Navidad!!!


Un beso muy fuerte para ti Carmen de mis amores!

I també una forta abraçada.