martes, 16 de marzo de 2010

A veces creemos nuestra vida en calma, más o menos organizada y tranquila.
Entonces se nos ocurren cosas como volver a estudiar, cortarnos el pelo, vivir solas o
superar el mal de altura y perder la cabeza por un embajador del sol Mediterráneo
capaz de adelantar la primavera a golpe de giralunas y deseos voladores.
Son cosas que suceden "a veces" y eso es lo que las hace excepcionales.

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