lunes, 25 de agosto de 2008

Despierta...

Me zarandea la realidad gritándome "Despierta, se acabó, has vuelto".
¿He vuelto? ¿Se ha acabado? Pensaba que los sueños, sueños son y, como
tales, duran lo que quieras que duren pero, no, este sueño no era un
sueño común y normal, ha durado lo que ha durado y aún tengo resaca
de él.


Ha pasado una semana desde que aterrizamos en Madrid "físicamente" y, por fin,
empiezo a aterrizar también emocional y mentalmente. Como bien me recomendó un
amigo, ahora es momento de canalizar todo lo vivido y de plasmar aquí quizás lo
más importante.

Viajar al otro lado del mundo me ha hecho aprender que el mundo es más achatado
de lo que me contaron en E.G.B. y que, además, para poder abarcarlo tan sólo hace falta abrir la mente y dejarse llevar. He aprendido que es cierto que hay muchísima gente que viaja y viaja y viaja durante 1 año ó 2. Gente que persigue su sueño con la mochila a cuestas, olvidándose de las comodidades occidentales y dando
la espalda al miedo que tenemos todos y que se titula siempre: "¿Qué haré cuándo vuelva?".

Nuestro viaje comenzó en la caótica y colorista Bangkok, continuó por Tailandia hasta la frontera Noreste con Laos (Nong Kai), donde estuvimos casi 11 días aprendiendo el significado de "compartir" y de "Don't worry". El tiempo se detuvo durante nuestra estancia en Laos y, a pesar de la lluvia, a pesar de la dureza de los días del trekking, no perdimos el sentido del humor y disfrutamos los viajes eternos en autobuses públicos, las sonrisas de la gente que viene y va y no tiene realmente prisa (al menos no la prisa que se tiene en Madrid), disfrutamos de su concepto de "compartir" y entendimos que no hay nada tan mío o tan tuyo... Después de Laos, hartas de la lluvia, decidimos ir a Ko Tao así que retomamos el camino pasando de nuevo por Bangkok y ¡valió la pena el viaje de casi dos días! Valió la pena porque encontramos un paraíso que de día y de noche toma formas totalmente diferentes.

Durante este viaje tan importantes son los lugares visitados como la gente que hemos conocido. Conocimos a aquella pareja de Madrid que llevaba viajando 9 meses y sembró la semilla de la locura viajera en mi cabeza... a aquella otra pareja catalana que llevaba ocho meses viajando y echó un poquito de agua a la semilla... a Lola y Montse, de más de cincuenta años, mochileras profesionales, profesoras que disfrutan sus vacaciones siempre con la casa a cuestas... a Andrew, irlandés, que llevaba cinco meses viajando solo y tiene planeado colaborar con una ONG en el sur de África durante unos meses... a Shiboku, japonesa que viajaba sola y disfrutó con nuestras risas y aplausos en el autobús... a unos griegos... a una parejita de jovenzuelos catalanes que nos dejaron ojipláticas cuando supimos que tenían apenas veinte años... a tanta y tanta gente. Además de las personas que viajábamos juntas y a las que cada día conoces más y más.

Habrá más ...

2 comentarios:

Miscelaneas dijo...

Bienvenida nuevamente, espero hayas disfrutado de tus vacaciones.
Un saludo

Carmen dijo...

Gracias, Carlos. Disfruté enormemente.
¿De dónde sales? Me sorprendió
encontrar tu comentario.
Besos
Carmen