martes, 30 de septiembre de 2008

Siento, siento, siento, siento

que por la noche somos niños que juegan con la pasión y el deseo, ignorando los sentimientos que yacen detrás y, por las mañanas, somos adultos que se despiertan al mundo y se asustan porque los sentimientos continúan pero el otro no está.

No quiero dolor.

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