que por la noche somos niños que juegan con la pasión y el deseo, ignorando los sentimientos que yacen detrás y, por las mañanas, somos adultos que se despiertan al mundo y se asustan porque los sentimientos continúan pero el otro no está.
No quiero dolor.
¿el infierno son los otros?
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El gato era pequeño. De tan pequeño, podríamos asegurar que sólo tenía
cabeza. Ni tronco ni extremidades, sólo cabeza. Estaba hambriento, era
evidente, s...
Hace 3 semanas
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