No tener nada que hacer, agobia tanto como no tener tiempo para hacer nada.
Recibir sin haber pedido nada nos puede asustar tanto como no recibir nada cuando esperas algo. No tener nada que dar es no tener nada de nada, ni de ti mismo, y es tan doloroso
como tener a quien dar y que no quiera nada.
A veces, no haber hecho nada puede haber sido la mejor opción, tanto como haberlo hecho todo para nada.
Hacer como si nada o explotar con nada.
Y, así, sucesivamente.
De vez en cuando, dejo mis planes en el primer STOP que encuentro y no hago nada... Y quien nada, no se ahoga. No, no te ahogas, al contrario, FLOTAS.
¿el infierno son los otros?
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El gato era pequeño. De tan pequeño, podríamos asegurar que sólo tenía
cabeza. Ni tronco ni extremidades, sólo cabeza. Estaba hambriento, era
evidente, s...
Hace 3 semanas
2 comentarios:
Perdone Ud. que no nade nada, pero es que no traje el traje. (redoble de batería con golpe de platillo al final: patapánchisssss)
Debajo del traje encontrarás el traje más apropiado para nadar.
Felicidad es sinónimo de nadar desnudo en el paraíso y mira que paraísos hay tantos, algunos de dimensiones relativamente pequeñas y totalmente anónimos.
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