martes, 27 de enero de 2009

Ráfagas de escepticismo pasional

Nunca pensé que A. y J. llegaran a este punto de su vida. Me dediqué a idealizar su relación, a atribuirle adjetivos tales como "duradera", "libre", "invencible", "fuerte"... no me di cuenta de que nada es eterno, ni siquiera para J. y A., en mi afán por "autocompadecerme" pensé que la temporalidad estaba ligada a mis historias, no a la suya.

Ayer me acosté pensando... ¿por qué ahora que en el oeste hay amor a raudales y han comenzado un montón de historias de la noche a la mañana se acaba el amor por el este? Ni siquiera se acabó el amor, si no que hizo mella la temible rutina. Yo que pensé, también erróneamente, que eran expertos en hacerle quiebros.

Y ella se pregunta por qué ya no siente lo mismo, por qué ya no le apetece tanto él, por qué un simple beso de otra boca despierta lo que se durmió hace años ... por qué... por qué... Y la respuesta de "Todo se transforma", "Pónlo en una balanza. Ahora tienes la confianza plena y absoluta..."... le suena a mero blablalblbla y no le convence y se ve joven para dejar de sentir pero se ve mayor para arrancar otra historia, con toda la incertidumbre que tiene el comienzo de una historia... Acabamos concluyendo que el mejor momento de una relación se situa exactamente después del "comienzo" y antes de la decadencia... (no se nos cae el pelo de sabias, lo sé).

Y, en este punto concreto de la vida de J., a mi me embarga una ráfaga de escepticismo que en algún punto de mi organismo choca con una ráfaga pasional. ¿Quizás pueda hablar de una nueva corriente emocional y denominarla "escepticismo pasional"? Dicotomía emocional (incluso, física): el escepticismo crea un tapón emocional e impide fluir y ahí quedan los sueños apilados contra la pared, como los libros que nunca coloqué en las estanterías... La pasión es la fuente de energía renovable del futuro...

Qué triste contemplar otro final.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

El amor es positivamente temporal porque sumando de aquí y de allá acabas aprendiendo mucho de la otra persona y de ti.

Escepticismo pasional. Ojala haya más pasión que escepticismo siempre.

Dicke Bussi
alvenc

Vicky dijo...

Triste, no lo veas como triste la rotura de una pareja...

Mas triste es estar al lado de esa persona que ya no sientes nada, y eso hace que la convivencia sea mas desagradable y mas insoportable.

Para mi, mi separación fue una liberación como persona... solo pensaba en mis pequeños hijos, pero ahora los veo bien, han comprendido que sus padres se quisieron cuando los tuvieron, pero que ahora ya no se quieren y que por eso no tiene la obligación de continuar juntos.

Dales a esta pareja de recien separados tu apoyo emocional no tu pésame... la comprensión es de mucha ayuda.

Un abrazo dulce Carmen

Anónimo dijo...

En el amor, en el noventa por ciento de las veces, una puerta que se cierra es sólo la oportundad de que se abran otras. Vamos, al menos a mí me ha pasado...

Pdata: cañas, cañas...