Ahí abajo está el fondo... el fondo del vaso... el del corazón...
y ahí arriba, en lo alto, alto, alto, está el tope... el tope de la saturación.
En según qué ocasiones, fondo y tope son sinónimos.
En esta ocasión lo fueron.
Se colmó el vaso de lágrimas, hasta ni siquiera intuir levemente el fondo.
Lleno hasta los topes se desbordó y, exactamente cuando apenas quedaban ya dentro
un par de intrusas líquidas, lo volqué y lo vacié por completo... Me harté y deseé ver el fondo, tener claro dónde estaba, sus dimensiones, sus formas, su color, su tacto... (Olía fatal).
Y, entonces, puse el vaso boca abajo y ahí lo deje, rodeado de platos, tenedores, sartenes y demás discípulos de los fogones.
Muerte y vida. Saturación y vacío.
canta Caetano
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*Você não quer ouvrir o Caetano?* nos increpó la mesera mientras acercaba a
nuestra mesa otra *caipirinha *y otro *shot *de *chachaza* artesanal
elaborad...
Hace 3 días
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