lunes, 19 de enero de 2009

"Abre la boca"



«En la cocina se concilian los cuatro elementos de la naturaleza en un platillo, más un quinto que es la carga sensual. Esta energía es la que convierte el acto de comer en un acto de amor. La energía de la mujer, mezclada con los olores, los sabores, las texturas, penetra en el cuerpo del hombre, calurosa, voluptuosa, haciendo uno el placer gastronómico y sexual» de Laura Esquivel.

Dos de los grandes placeres humanos, el sexo y el comer, no está mal recordar que hablamos del mismo chakra y su color es el naranja. El sexo, a algunos, les abre el apetito hasta límites insospechados. A otros, les quita el hambre, pero sólo al principio porque, al fin y al cabo, si entre las sábanas (o sobre el cuero) dejas que se desate lo que se tenga que desatar, antes o después necesitas reponer hidratos de carbono. A otros les hace comer lo que nunca comen, es decir, saltarse la dieta porque en semejantes guerras, ¿quién piensa en dieta?, o comer con alegría aquello que antes no nos hacía ni pizca de gracia (como cuando eras pequeño y sólo comías lentejas en casa de tu tía).

Por otro lado, son múltiples las comparaciones de las partes del cuerpo con la comida y de ello deriva (o no) el hecho de que, en el fogón del dormitorio, el verbo comer se utilice y practique una y mil veces. "Quien bien come, bien folla", no, no es un refrán castellano, no, tampoco es un proverbio chino, sí, es una realidad. "Fíjate bien en cómo come y sabrás bien cómo te comerá" podría ser la continuación... Al fin y al cabo todo depende de una misma cavidad, la boca, que come de un lado o de otro: el chuletón de Ávila o el pezón de tu contraria. Y en la cama, como en la cocina, si le coges "el punto", te conviertes en un aclamado gourmet.

Si no conocéis el libro de Carmen Freixas "Abre la boca: las mejores recetas sexuales para gourmets", os lo recomiendo. Como libro de mesilla de noche o como recetario para la balda de la cocina, el lugar, como no podía ser de otra manera, ¡no importa! Lo importante es mezclar y saber que "El orden de los factores, no altera la suma".

En mi caso concreto, he de decir que, contra toda dieta, me encanta el chocolate con menta y las gominolas de fresa.

Os dejo un par de recetas:

Uvas al ombligo Escoge 12 uvas y quítales la piel y las semillas. Córtalas por la mitad y deja macerar los 24 trocitos en unas gotas de vino moscatel por algunas horas. Luego, divide en partes iguales y degústenlas en posición horizontal, cada uno en el ombligo del otro.

Pinceladas de placer Prepara un chocolate espeso y ponlo en un tazón. En otro tazón pon cuatro cucharadas de crema dulce. Una vez en posición horizontal pueden proceder a extender con un pincel de cocina el chocolate, en diferentes partes del cuerpo del otro, aplicando encima la crema para luego sorberlo gustosamente.

3 comentarios:

Mini Alf dijo...

¡QUÉ RICAS! ¡FRESAS DE GOMINOLA!

albert dijo...

qué ganas de engordar entran

palabro: vernaghs: tribu bárbara cuyos orígenes se desconocen y su desaparición es un misterio. la única prueba de su existencia proviene de que en la memoria inconsciente, cuando percibimos un peligro indefinido, nos viene a la cabeza la siguiente frase de alarma: "que vienen los vernaghs". como es algo totalmente irracional, no hacemos caso a nuestro propio aviso y luego nos pasa lo que nos pasa. qué tontos somos a veces...

-=CID=- dijo...

Esas recetas tienen muy buena pinta! Estaria bien conocer alguna mas ;)