miércoles, 4 de marzo de 2009

Orden en la sala

Se pasaba la vida diciendo esa frase "Orden en la sala" con su voz aguda que retumbaba contra las paredes de aquella estancia tan anodina en la que transcurrían ocho horas de su día... y, cuando salía de allí, no sabía ordenar nada de nada. Su cabeza era un caos, no sólo por fuera donde a la vista de todos cada rizo hacia su camino sin tener en cuenta al de al lado, si no también por dentro donde pensamientos, emociones, sentimientos, recuerdos, nombres propios y también rostros anónimos ... jugaban a diferentes juegos y le hacían ir de un lado a otro como si estuviera atrapado en una rayuela laberíntica.

Su cabeza era un verdadero caos hasta el día en que se sentó a colocar. Aquel día fue el primero de cientos así que se puso cómodo y cogió aire. Comenzó por lo más fácil, el grupo con el que echaba cada día la partida de mus después de comer. Después, los vecinos. Continuó por los compañeros de trabajo y los antiguos compañeros de la universidad. A su familia la dejó para las vacaciones de Navidad. Viajó a su pueblo, que continuaba inmerso en esa estaticidad que tan pronto te llena de paz como te colma de aburrimiento, y colocó a sus padres, a sus hermanos, a tíos y primos. Llenó los pulmones de aire y viajó mentalmente hasta la puerta de su instituto (que ahora era Casa de la Cultura), colocó a su primer amor en su lugar correspondiente y continuó viajando hasta su colegio donde se encontró con cientos de caras que creía haber olvidado... y allí buscó y se sorprendió llorando como un niño, como el niño que era en aquella época... lloró los mares que en aquellos años estudiaba en Sociales y, cuando terminó de colocar,
recogió sus cosas, tomó el tren de vuelta y se sintió libre para seguir viviendo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Cada dia tengo mas claro que eres una cuentacuentos increible, no lo dudaba, simplemente no lo habia dicho en voz alta, ¿o si?.
Mil besos ROSAS y que tengas un buen dia mi niña

Carmen dijo...

Veo tus besos y subo 20...