lunes, 8 de diciembre de 2008

Café cubano

La mariposa que cuelga del techo
proyecta una sombra no interpretable
en esta mañana de lunes - domingo
mientras acompasadamente
la sábana sube y baja
siguiendo el ritmo del pecho
que arropa.

Fuera llueve,
dentro el aire hierve...
en las pompas de vapor
se esfuman los sueños
de otros lugares,
otros cuentos,
otros manjares,
otros cuerpos.

El sabor del café cubano
me acompaña en la huida.

Interpretar, reír la realidad,
huir del mismísimo miedo
y gemir en el momento evidente.

El sabor a frambuesa
perfuma la madrugada tardía.

Callar lo insoñable,
lo que no pertenece,
llorar en silencio
lágrimas con nombre y apellido,
esconder los anhelos
detrás del espejo.
Dejar que se quiebren
y bajarlos puntualmente a las 9
con el resto de la basura
que quedó prendida en tu pelo.

Ronronear como gato en celo
y mirar en silencio
al espejo del futuro incierto
en paraíso lejano,
sin nombre aún.

Añorar una voz
y un calor
a pesar de dormir
acunada por las llamas
del infierno.

Y desear no estar,
una vez más...

5 comentarios:

Lara dijo...

Qué imágenes geniales tiene este poema...

Besos!!!

Imagine... dijo...

las mariposas...^^

sacar los miedos con la basura...y las lágrimas...y la indiferencia!!

Mini Alf dijo...

Ay Carmencita, que duerme ud. acunada por las llamas del infierno, qué gustito con el frío que hace fuera, ¿no?

Pd: las lágrimas no siempre tienen nombre y apellido.

Carmen dijo...

Lágrimas anónimas porque no llegaron a ser bautizadas...

Vicky dijo...

Creo que todas las lágrimas son mariposas que necesitamos hacer volar para poder estar mejor, aunque a veces por mas que lo necesitemos y no lleven nombre nunca llegan a florecer y a levantar el vuelo.

Necesitan el calor de una pequeña caricia para poder llorar con algun consuelo.