viernes, 7 de noviembre de 2008

Cuando no existía...

Hace más de cuarenta años, cuando no existían ni los blogs, ni los móviles, ni el ipod, ni internet, ni youtube, ni el .ppt, ni las cámaras digitales, ni el correo-e... Cuando ni siquiera había teléfonos fijos en todas las casas y la tele mostraba una realidad bicolor...

Intento imaginarme cómo surgían las cosas hace más de cuarenta años y lo sé porque me lo han contado pero, claro, me pregunto si seríamos nosotros capaces de danzar en ese baile sin ningún tipo de máscara...

Hace más de cuarenta años, en una tarde-noche de enero se conocieron en el cine que tan sólo ponía una película un día a la semana en una sesión y, por supuesto, en blanco y negro. Durante meses sus cuatro ojos se buscaron en la cola del cine, se sonrieron, pestañearon... Apenas cruzaron dos palabras. Meses después siempre la acompañaba a casa y se despedía de ella en la esquina de la estación de ferrocarril, exactamente donde ella vive ahora (ya sin él)... en ese cruce de caminos que separa los dos barrios... el Cristo y los Tres pasos... de esa ciudad pequeña y tan puramente castellana. Durante meses la acompañó hasta esa esquina y se despidieron con la mirada. Tiempo después sus vidas comenzaron a aproximarse a un ritmo que ahora se nos haría cansino, imposible, ... Él tuvo que irse 20 meses muy lejos a cumplir con el servicio militar y ella esperó cada día oyendo la radio y cosiendo con su hermana las noticias de él. Esas noticias no llegaban a diario, ni muchísimo menos, pero cuando llegaban... llegaban... y la llenaban de sonrisas y en sus fotos le veía, veía sus tremendos ojos negros, y le leía porque él nunca envió una foto sin dedicatoria. Y ella sonreía y le esperaba porque sabía que él vendría y que la televisión podría ser en blanco y negro pero su vida no iba a serlo nunca más. Y volvió en junio y en julio le dijo que no podía más, que la espera era ridícula, que no tenían nada pero tampoco lo necesitaban porque tenían 4 manos y dos corazones... y se fueron a buscarse un porvenir y, durante los años en el extranjero, vivieron la luna de miel que no pudieron pagar porque no tenían nada. Y a ella le valía con tenerle a él... Y, años después, cuando la vida le ha quitado de su lado, pronto, demasiado pronto, ella no tiene sms guardados en el teléfono móvil, ni fotos digitales, ni posts en el blog, ... ella tiene cuatro hijos y unos cuantos nietos, tiene mil recuerdos de una persona con sonrisa transparente y mirada produnda, tiene un huerto y un jardín moldeados con sus manos, tiene un montón de amigos que pasan y se sientan alrededor de la chimenea y lo nombran 1 y mil veces y lo añoran cada día más, tiene mil paseos bajo la lluvia buscando caracoles y mil paseos más después de la lluvia recogiendo setas... Lo tiene. Está. Alza la mano y está. Y ya no la abraza como ella desearía pero la lleva de la mano a cada lugar...

Le he dado la dirección de Libertad 8 porque quiero que la traiga este domingo...Sé que lo hará. Él era sabio...

Hace más de cuarenta años...

1 comentario:

Miscelaneas dijo...

Hermosa historia.
Y llegará a la hora acordada, llegará de la mano de su amada....