lunes, 3 de noviembre de 2008

A medio otoño ...


A medio otoño, a media luna (se aproxima su cuarto creciente), a medio camino entre lo que pasa y pesa y lo que llega y desvela, a media luz. Nunca me gustaron las a medias pero este es, evidentemente, un estado de transición inevitable.


Ya no hay tantas hojas secas sobre el suelo (hoy decidí rescatar un par de la escoba del barrendero y recordar este otoño porque sí, porque otros tantos fueron dignos de olvido pero este no), algunos árboles lucen atrevidos sus hermosos esqueletos mientras otros no son capaces ni de tomar el sol de invierno desnudos, eternamente cubiertos de hojas, eternamente ocultos en su timidez natural. Siempre hubo valientes...

El cielo tiene ya el color gris plomizo de los meses de puro invierno, las nubes se han enlazado tan profundamente que han perdido sus formas originales y las echo de menos porque ya no puedo fantasear cuando viajo imaginando que aquella nube es Zeus y aquella otra Diana... o aquella otra un columpio...

La luna comenzará a crecer este jueves para llenarse el día 13 y regalarnos una de sus mágicas noches.

Estado de transición del verano al invierno.

Si te identificas y te reflejas en los estados de la naturaleza, no te sientes nunca solo, ni muchísimo menos perdido. Encuentras la pauta e interpretas la espera.

Algo se está moviendo... bajo nuestros pies y por encima de nuestras cabecitas locas.

P.D. Carmen, espero que aquí puedas publicar tu comentario. Quité la otra entrada porque no la veías. Bienvenida.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Carmela,

aún está escrita tu frase "En mi relación con el viento..." en el banco de la plaza de Anaya!!!!!!

alvenc

Mini Alf dijo...

"Siempre hubo valientes..."
Y personas desnudas de sentimientos que se visten de lunas.
:-*

Lundra dijo...

Siempre hubo mariposas que decidieron nacer de un estornudo del arcoiris para hacer ver que el invierno tiene sus cosas buenas, siempre hubo una vela que frente una tormenta supo plantarle la cara, siempre hubo que ante una Carmen hincó rodilla al suelo, y declaró su amor, siempre hubo un viento travieso que robando un cuento a una estrella, lo susurró en el oído de ella y luego ella, lo hizo verbo.

Carmen dijo...

Gracias a todos los que andáis por aquí hoy... y ayer y antes de ayer, y mañana...

Estoy cantarina... "Gira el mundo gira, en el espacio infinito...".