Me acuesto echando de menos la luna en cuarto menguante ya.
La oculta la niebla y me siento desarropada, a pesar del calor
de mi cama.
La belleza de lo efímero.
Me levanto con antojo de melocotón. ¡Sé que no es temporada!
Se me hace agua la boca pensando en darle un mordisco a un
enorme melocotón recién lavado.
Qué lejos está julio, con sus hermosos melocotones.
Y, en mi cabeza, repica una voz que invoca mi paciencia diciéndome:
"Cada cosa tiene su tiempo. La luna. Los melocotones... Incluso tú".
La oculta la niebla y me siento desarropada, a pesar del calor
de mi cama.
La belleza de lo efímero.
Me levanto con antojo de melocotón. ¡Sé que no es temporada!
Se me hace agua la boca pensando en darle un mordisco a un
enorme melocotón recién lavado.
Qué lejos está julio, con sus hermosos melocotones.
Y, en mi cabeza, repica una voz que invoca mi paciencia diciéndome:
"Cada cosa tiene su tiempo. La luna. Los melocotones... Incluso tú".
*Para los meticulosos, la foto es de Jesús Clares.
4 comentarios:
Si Freud analizara tus antojos y tristezas, te diría que tiendes a lo imposible siempre y, curiosamente, yo que te conozco sé que, cuando lo tienes, miras para otro lado.
Sin acritud, Carmela. Cómete una buena manzana...
alvenc
Me encantas cuando tienes la boca llena de melocotón y no puedes hablar...
Sin acritud.
El deseo de que llegue el buen tiempo para podernos tostar al sol, y no pasar frio, yo también quiero que lleguen los melocotones.
¿Dónde esta el camión lleno de malacatones?
Yo quiero un malacaton!!!
Petonets nina de vestit blanc
SE que voy con años de retraso pero a mi me esta pasando ahora niebla de calima y zas antojo de melocotones jajaj un saludito desde malaga
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